Wisława Szymborska (Polonia, 1923–2012)

Wisława Szymborska fue una poeta, ensayista y traductora polaca considerada una de las voces más originales e influyentes de la poesía europea del siglo XX. Nació en Kórnik, Polonia, en 1923, y desde joven mostró inclinación por la lectura y el pensamiento crítico. Tras la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Cracovia, ciudad con la que quedó profundamente vinculada hasta su muerte. Allí estudió en la Universidad Jaguelónica, inicialmente Filología Polaca y posteriormente Sociología, aunque no terminó ninguna de las dos carreras porque debió comenzar a trabajar.

Su trayectoria literaria comenzó en un contexto político difícil: la Polonia comunista de posguerra. Sus primeros poemas, publicados en periódicos en la década de 1940, mostraban influencias del realismo socialista, ya que el régimen imponía esta estética a las producciones culturales. Sin embargo, muy pronto se distanció de esas formas ideológicas y desarrolló una voz absolutamente personal, marcada por la ironía, la lucidez, la empatía y una profunda conciencia filosófica. Con el tiempo renunció a su militancia política y adoptó una postura crítica, reflexiva e independiente frente a cualquier dogma.

Szymborska escribió relativamente poco en comparación con otros poetas de su generación: apenas una docena de libros a lo largo de toda su vida. Pero cada uno de ellos se convirtió en un aporte esencial a la poesía contemporánea. Su estilo se caracteriza por una aparente sencillez que esconde una enorme profundidad intelectual. Le interesaban cuestiones universales: el azar que gobierna la vida humana, la fragilidad del destino, las paradojas de la historia, la identidad, la memoria, el paso del tiempo y la observación de pequeños detalles cotidianos que revelan verdades más amplias. Uno de sus rasgos más admirados es su capacidad para enlazar humor e introspección, distancia crítica y ternura humana.

Entre sus libros más destacados se encuentran Llamando al Yeti (1957), Sal (1962), Gente en el puente (1986) y Fin y principio (1993). También fue muy conocida por sus columnas en la prensa literaria polaca, en las que, bajo el seudónimo “Lektury nadobowiązkowe” (“Lecturas no obligatorias”), comentaba libros diversos con un tono ligero, inteligente y lleno de ironía.

En 1996 recibió el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca elogió su capacidad para “hacer brillar la realidad en sus fragmentos más cotidianos con una precisión poética y con una humanidad extraordinaria”. Tras el Nobel, su obra alcanzó difusión mundial y se tradujo a numerosos idiomas.

Szymborska vivió con discreción, alejada del protagonismo mediático, rodeada de libros, gatos, collages hechos por ella misma y un círculo pequeño de amigos. Murió en Cracovia en 2012, dejando una obra poética breve pero imprescindible, admirada por su inteligencia, su humor, su sensibilidad humanista y su mirada sobre la condición humana.

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